El mindfulness ha llegado para quedarse.
Esta técnica de meditación, destinada a mejorar el bienestar emocional de
aquellos que la practican, tiene su origen en el budismo (hacia el 500 antes de
Cristo) pero, en occidente se ha introducido a través de ámbitos como el de la
psicología como una técnica orientada a fomentar la calidad de vida de personas
con problemas de índole psicológicas asociadas, por lo general, al estrés o al
padecimiento de enfermedades físicas crónicas. La forma adquirida ha sido la de
las intervenciones basadas en minfulness (IBM), tratamientos psicológicos
breves (en torno a ocho semanas) en los que se enseña esta técnica a pacientes
con diversas patologías (como dolor crónico, enfermedad coronaria, psoriasis,
trastorno bipolar, psicosis y trastorno de la conducta alimentaria, entre
otras) a través de psicoeducación y ejercicios de meditación. De este modo
protocolizado, se ha podido avanzar en el estudio de sus efectos en trastornos
mentales como la ansiedad o la depresión, mostrando su utilidad cuando se añade
a los tratamientos farmacológicos habituales.
Futuro prometedor
Un nuevo estudio ha llevado a las IBM un
paso más allá, demostrando su eficacia y seguridad en la mejora de la
sintomatología de la enfermedad mental más grave, la esquizofrenia. El trabajo,
realizado por un grupo de investigadores entre los que se encuentra el
psicólogo residente del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos (Madrid),
Ricardo M. Hodann, pone de manifiesto que, cuando son utilizadas en combinación
con los tratamientos psicofarmacológicos habituales, son capaces de generar
“notables mejoras” sobre varios parámetros como la intensidad de los síntomas,
el nivel de funcionamiento y la conciencia de enfermedad. Además, la
efectividad de estas intervenciones es comparable a la de terapia estándar en
el tratamiento de estos pacientes, la cognitivo-conductual, lo cual augura un
futuro prometedor para el mindfulness, que podría convertirse en uno de los
abordajes psicológicos de elección para este trastorno. “En el estudio se
observó que las IBM, utilizadas en combinación con los tratamientos
psicofarmacológicos habituales, producen mejorías en los síntomas nucleares de
la esquizofrenia. Estos síntomas abarcan diversas formas de pérdida de contacto
con la realidad (por ejemplo, las alucinaciones y los delirios) y otras
manifestaciones del trastorno –menos llamativas, pero igualmente perjudiciales–
como la apatía, el bloqueo de la expresión emocional y la dificultad para
experimentar placer”, señala el psicólogo.
Efecto en los pacientes
¿Cómo puede una persona con psicosis
beneficiarse de las IBM? La clave está en la atención plena, la esencia del
mindfulness, que proviene principalmente de la meditación vipassana de la
tradición budista y desempeña un papel central en el marco de un sistema
conceptual y aplicado, cuyo objetivo final es el cese del sufrimiento. Algo que
solo se produce si estamos, con todos los sentidos, en el momento presente. En
la mayoría de las enfermedades mentales, pero muy especialmente en el caso de
la esquizofrenia, se produce una alteración de la conciencia, que mantiene a
las personas que la padecen totalmente “desconectadas” del aquí y el ahora.
Además, “tienen un efecto positivo y de gran magnitud sobre el nivel de
funcionamiento psicosocial y la conciencia de enfermedad.
Fuente:
https://www.larazon.es/salud/20200728/yyyqes6cf5fstag6z6occiaqte.html
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