En Estados Unidos, Reino Unido y España se impulsan actividades de meditación orientadas a propiciar cambios en las personas que están privada de libertad por cometer un delito
Moris Beracha.- En nuestro indagar por la web sobre cómo el mindfulness puede convertirse en una herramienta de transformación de la gente, nos hemos encontrado con experiencias interesantes y desafiantes: su práctica en las cárceles para quienes están privados de libertad muchas de las veces porque arremetieron contra la vida de alguien.
Son proyectos muy recientes. Aún no pueden mostrar resultados tangibles que indiquen un completo cumplimiento de los objetivos que se plantearon, pero no dudamos que pueden propiciar un cambio para estas personas y estos lugares. Vale decir que las organizaciones que aúpan este tipo de programas no pretenden asumir competencias que son propias de algún ente gubernamental porque estamos hablando que las políticas penitenciarias competen al sector público y forman parte del sistema de administración de justicia de un país.
Dos de esos ejemplos los tenemos en Estados Unidos con el Prison Mindfulness Initiative y el Prison Mindfulness Intitute. El primero centrado en el estado de California, donde se organizan grupos para la práctica de la meditación y el yoga, involucran a voluntarios en toda la región; mientras que el segundo tiene una presencia más extendida en varias regiones de Estados Unidos.
La misión y las metas que se plantean quienes promueven estas iniciativas no dejan de ser ambiciosas. Hablan de transformar las vidas de quienes cometieron un crimen y de propiciar cambios en los centros de reclusión para mitigar el impacto extremadamente destructivo que puede representar la privación de libertad para cada una de estas personas, sus familias, comunidades y el capital social de toda una sociedad.
El Prison Mindfulness Initiative combina las acciones propias de meditación con actividades dirigidas a la educación, tratamiento de drogas, talleres dirigidos a preparar al recluido para la libertad junto con cursos o clases de liderazgo.
En lo que respecta al Prison Mindfulness Institute, la expectativa es mayor por la extensión territorial que tiene. Indica que sus metas parten del hecho que la práctica del mindfulness propicia una modificación en el comportamiento, cura y transforma vidas; y en última instancia, previene la delincuencia, reduce la reincidencia, mejora la seguridad y el bienestar de la sociedad.
“Creemos en el poder del mindfulness para mejorar positivamente el desempeño, la calidad de vida y la salud y el bienestar entre los recluidos y profesionales que laboran en centro penitenciarios; y al mismo tiempo para que estos lugares sean ambientes más humanos y saludables”, señala la gente del Prison Mindfulness Institute.
Este programa lleva tres años presentado sus reportes en el que señalan que han logrado incorporar a este proyecto a 726 personas que participan como voluntarios para participar en los talleres de entrenamiento para el mindfullness en las cárceles, y destacan las alianzas que han hecho con organizaciones como las Escuelas de Derecho de la Universidad de Berkeley y de Brown University.
Del peligro a la meditación
Otro caso lo conseguimos en el Reino Unido, donde 60 peligrosos delincuentes ubicados en 8 cárceles de alta seguridad fueron incorporados a programas de mindfullness. Según una reseña que leímos en el Daily Telegraph de Londrés de asesinos y secuestradores.
La intención no es forzar a los recluidos a incorporarse a este programa. De manera voluntaria que cada preso decide si quiere formar parte de esta actividad pero se le da prioridad justamente a los más peligrosos porque los impulsores de esta iniciativa parte del poder que tiene la meditación en la gente.
"La evidencia temprana sugiere que la atención plena podría modificar los factores relacionados con la reincidencia, por lo que nos gustaría probar si puede mejorar los resultados para ciertos grupos de delincuentes", explicó Ruth Mann, quien está al frente de este programa que es avalado abiertamente por el gobierno y el parlamento británico.
En España también se mencionan acciones similares, destacando el caso de la cárcel de Valencia y centros de reclusión en ciudades pequeñas de ese país, donde sus alcaldías impulsan el mindfullness en grupos de presos que no son tan numerosos.
El mindfulness puede convertirse en una herramienta que ayude a estas esas personas -que comenzaron siendo presas de sí mismas por las circunstancias o el contexto que los llevo a cometer uno o varios delitos- a reinsertarte, conocer un mundo de valores, los logros que se pueden obtener con el esfuerzo propio y en definitiva conocer lo que es la libertad.
Te invito a que ingreses a mi página web: www.morisberacha.com
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