Los Juegos Olímpicos de Tokio serán recordados no solo por las hazañas deportivas. También por una imagen que dio la vuelta al mundo: la del medallista británico Tom Daley pillado tejiendo en las gradas mientras atendía una competición de natación.
Relajado, concentrado en la tarea, el saltador olímpico de veintisiete años enloqueció a las redes con esta afición a la que se enganchó durante el confinamiento y que, en momentos de fuerte presión como la alta competición, le sirve para sobrellevar la tensión.
"Aprender a hacer punto y ganchillo ha sido una gran ayuda durante estos Juegos Olímpicos y, sin duda, me ha permitido ganar el oro", reconocía el atleta. Para calmar a los curiosos, aclaró que estaba tejiendo para sus compañeros un gorro de lana y unas fundas para guardar las medallas.
Conquistó el oro en la sincronizada con su compañero Matty Lee y el bronce en la competición individual de plataforma 10 metros. Atesora cuatro medallas en su carrera, y presume tanto de ellas en redes como de sus creaciones de punto.
Aparte de su cuenta oficial deportiva, tiene otra personal con más de un millón de seguidores en la que muestra sus conquistas de ganchillo.
Iniciada en 2020, en plena pandemia y bajo el nombre @madewithlovebytomdaley, Daley se abre al público: "¡Bienvenidos a todos! He creado esta cuenta para compartir todas mis creaciones de punto y croché. Empecé a hacer punto durante el confinamiento y ahora estoy obsesionado. ¡También he empezado a hacer ganchillo!", escribe en su primer post fechado el 30 de septiembre.
El interés que despierta esta manualidad no es nuevo y nos lleva a preguntarnos de dónde surge este revival, que nada tienen que ver con los estereotipos de las abuelas haciendo punto o encaje de bolillos, como se podía ver en algunos de Paradores Nacionales, como el de Almagro, en el que intentaban que no se perdieran algunas artesanías milenarias, típicas de la zona.
Asociaciones como el Club Madrid Knits! funcionan desde 2010: tejedores y tejedoras se dan cita de forma habitual para compartir esta afición ha vivido un cambio en los últimos tiempos.
"Al principio las reuniones se hacían presenciales, y era una forma de poder comunicar un hobbie que teníamos en común. Nos sirve para desconectar de esta pandemia. Hemos tenido días que desde por la mañana hasta por la noche siempre había alguien al otro lado de la pantalla. Sobre todo, para las personas que vivían solas fue un apoyo muy importante.'' nos cuenta Siona, del grupo de tejedores y tejedoras de Madrid Knits.
Fuente: https://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2021/08/08/610e6a3be4d4d85f7a8b45fc.html
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