Cuando pensamos en meditación nos imaginamos a una persona que está sentada, quieta y con la mente en blanco. Mientras lo primero puede ser cierto, lo segundo no. La mente no está congelada, sino que la persona ha decidido concentrarse en un punto que para ella es vital, disfrutable y necesario.
Muchas personas ven la meditación como una herramienta de bienestar y relajación o hasta de descanso. Pero meditar es, además, un ejercicio, una especie de entrenamiento muy efectivo para el cerebro.
Quien medita ingresa en un estado intermedio entre orden y caos, algo que los investigadores llaman "un punto crítico", en el que la mente se concentra en algo, no lo usual, no lo rígido, sino que se permite mantenerse flexible. Es algo que no se consigue durante un simple descanso.
Esta es la explicación que da el científico alemán Stefan Dürschmid, del Instituto Leibniz de Neurobiología en Magdeburgo, Alemania.
"Es una especie de diálogo entre mente, cuerpo y entorno", describe el investigador Matthias Deliano, colega de Dürschmid.
Dürschmid añade: "Meditar ayuda a encontrar cierta movilidad espiritual".
Los primeros ejercicios implican respirar a conciencia, concentrarse solo en eso y tratar de que los pensamientos que surgen y que tratan de llamar la atención pasen de largo.
Muchas personas pueden desanimarse al ver esto como un ejercicio que requiere demasiado autocontrol, pero para Dürschmid es "una técnica sencilla que modifica la dinámica del cerebro".
Meditar ayuda a encontrar cierta movilidad espiritual.
Fuente: https://www.eluniverso.com/larevista/2021/01/25/nota/9601741/meditacion-ejercicio-positivo-cerebro/
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