Después de un tiempo sin salir de casa, más que lo estrictamente imprescindible, parece que lo que más trabajo está costando a los españoles, junto con no poder abrazar a familiares y amigos, es mantener hábitos medianamente saludables. Sedentarismo, picoteo hipercalórico y altibajos emocionales -del estrés al aburrimiento, pasando por la desesperación-, parecen ser los compañeros de piso de muchos en esta cuarentena. Desde la práctica, como especialista en vida sana, estas son las claves para que, quienes estamos sanos, sigamos estándolo después de semanas sin salir de casa.
Comer sano: Si tenemos que quedarnos en casa y vamos a reducir el gasto calórico, es más importante que nunca que vigilemos nuestra dieta: evitar los ultraprocesados y los carbohidratos.
Si vamos a consumir menos energía de la habitual, debemos reducir todo lo posible el consumo de carbohidratos. Las calorías que necesitamos, que serán menos, deberían provenir de grasa saludable. No podemos basar nuestra dieta en pan, pizza, patatas, pasta y similares, sino en verdura, carne, pescado, huevo, grasas buenas como la mantequilla, el aceite de oliva.
Hacer ejercicio: Es fundamental, tanto por nuestra salud física como por nuestro bienestar emocional. El deporte contribuye a liberar endorfinas que nos producen sensación de placer y felicidad, tan necesaria en momentos complicados. Podemos ajustar la actividad a nuestras posibilidades y preferencias, pero tanto si elegimos practicar ejercicio moderado durante más tiempo como si optamos por una actividad más intensa pero más breve, está científicamente demostrado que mejorará nuestro estado de ánimo.
Que no podamos salir de casa no debe ser un impedimento, sino un reto para nuestra imaginación. Además de ejercicios como flexiones, sentadillas, etc…, podemos ser creativos y convertir objetos cotidianos en un improvisado equipo de entrenamiento: sillas que nos sirven de banco de abdominales, mesas que hacen de barra para los estiramientos, libros reconvertidos a pesas… cualquier instrumento es válido para mantener nuestra “mens sana in corpore sano”, y si es con una sonrisa, mejor.
Practicar meditación, yoga o mindfulness: Para quienes nunca lo han probado este es muy buen momento. Cualquiera de estas opciones ayuda a mantener el equilibrio de nuestra mente en estos momentos.
Fuente: https://www.larazon.es/familia/20200415/nbzbxllsirh5zkjofxp3voi5mu.html
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