El mindfulness es un término que se hace cada vez más conocido, para definirlo se puede hacer referencia de la palabra en tres idiomas; “mindfulness” en inglés, “atención plena” en español y en chino sería algo así como “estar presente de corazón”. De entrada se puede deducir que el elemento en común que resalta en las tres traducciones, es la importancia de estar presente. De hecho, la idea que sustenta esta práctica es precisamente el entrenamiento tanto de la mente, como el cuerpo y las emociones, para situarse en el aquí y el ahora.
¿Qué hace que el mindfulness se haga cada vez más popular?
Gracias a múltiples investigaciones en el área se ha encontrado evidencia que apoya la idea de que el mindfulness puede mejorar significativamente la salud mental de los seres humanos. Los resultados de dichas investigaciones exponen que la práctica del mindfulness ayuda a:
• la autorregulación de emociones,
• el afrontamiento del estrés,
• disminuye los pensamientos obsesivos,
• favorece la creatividad
• tiene efectos positivos en la percepción del dolor
Esto significa que meditar, ayuda a sentirse bien.
H2 ¿Cómo incorporamos el mindfulness a nuestra vida sexual?
Hay autores que diferencian entre dos tipos de prácticas de mindfulness. Por un lado, se encuentra la práctica forma l, que consiste en el tiempo que se le dedica a meditar diariamente. Mientras que la informal, se refiere a la práctica de la atención plena en cualquier situación cotidiana, como puede ser bañarse, comer y por qué no, el sexo. Así, la invitación es a combinar ambas prácticas, tanto la formal como la informal, para obtener mayores resultados.
La intención es que cada vez más, sea posible detenerse y prestar atención con sinceridad y sin juicio, a lo que se está haciendo en el momento presente. Para lograrlo, Bellymar e Irene nos describen 5 actitudes que propone la filosofía detrás del mindfulness que harán de tu experiencia sexual un momento más placentero, sensible y satisfactorio.
1. Actitud de no juzgar
Implica dejar a un lado la categorización de la experiencia como buena o mala; bonita o fea. En otras palabras, la invitación es a no juzgar duramente nuestros cuerpos, ni el cuerpo de los demás y tampoco poner exigencias difíciles de alcanzar con respecto a tu desempeño o el de otras personas. La idea es permitir la exploración sin culpas y apertura de la sexualidad, de igual manera que sucede con la masturbación femenina.
2. Actitud paciente
Esto se corresponde con la capacidad para respetar el proceso natural de las cosas. Dar tiempo al proceso interno y no forzarlo ni precipitarlo. En pocas palabras, una planta no crece porque se le grité, ni tampoco llegarás así más rápido al orgasmo presionante para hacerlo.
Entender que cada persona tiene un ritmo para las cosas, incluso en el sexo, permite que los acontecimientos ocurran de forma espontánea y sin presión. Y es que la presión entorpece el placer; cuántas de nosotras no hemos llegado a pensar que si una persona no llega al clímax en un tiempo determinado, tiempo que se asigna arbitrariamente, puede significar que no está disfrutando lo suficiente o simplemente no le gustamos.
Fuente: https://www.mundodeportivo.com/vidae/psicologia-bienestar/20201008/483778017195/mindfulness-y-sexualidad-disfruta-plenamente-de-tus-relaciones.html
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