Avalado por celebridades como Oprah Winfrey, Goldie Hawn y Ruby Wax, el mindfulness (frecuentemente traducido como atención plena o conciencia plena) se ha puesto de moda. Al tiempo que una serie de instructores de meditación, monjes budistas y neurocientíficos se codean con directores ejecutivos en el Foro Económico Mundial de Davos, los fundadores de este movimiento son cada vez más fanáticos. Al vaticinar que su híbrido entre ciencia y disciplina de meditación «tiene el potencial de despertar un renacimiento universal o mundial», el inventor del programa de Reducción del Estrés Basado en la Atención Plena (Mindfulness-Based Stress Reduction o MBSR), Jon Kabat-Zinn, tiene mayores ambiciones que dominar el estrés. Según proclama, «el mindfulness puede ser la única promesa que tienen las especies y el planeta para sobrevivir los próximos 200 años».
Pero ¿qué es exactamente esta panacea mágica? En 2014, la revista Time mostraba en portada a una mujer joven y rubia que desprendía serenidad con el título: «The Mindful Revolution». El artículo relacionado describía una escena emblemática del curso de formación estandarizado de MBSR: comerse una pasa muy lentamente. «La capacidad de centrar la atención durante unos minutos en una sola pasa no es absurda si las habilidades que ello requiere son la clave para sobrevivir y tener éxito en el siglo XXI», explicaba el auto
No me lo acabo de creer. Cualquier cosa que aporte éxito en nuestra injusta sociedad sin tratar de cambiarla no es revolucionaria, simplemente ayuda a la gente a salir del paso. Aunque también podría empeorar las cosas. En lugar de fomentar una acción radical, el mindfulness asegura que las causas del sufrimiento están principalmente en nuestro interior, y no en los marcos políticos y económicos que determinan cómo vivimos. Y, aun así, los acólitos del mindfulness consideran que prestar más atención al momento presente sin emitir juicios de valor tiene el poder revolucionario de transformar el mundo entero. Pensamiento mágico a lo besti
Para el ‘mindfulness’, las causas del sufrimiento están en nuestro interior, y no en los marcos políticos y económicos que determinan cómo vivim
Que no se me malinterprete. Practicar mindfulness tiene ciertos aspectos positivos. Dejar de cavilar ayuda a reducir el estrés, la ansiedad crónica y muchas otras enfermedades. Ser más consciente de las reacciones automáticas puede potenciar la tranquilidad y la amabilidad de las personas. La mayoría de los impulsores del mindfulness tienen buen carácter; conozco personalmente a algunos de ellos, incluidos los líderes del movimiento, y no me cabe duda de que son buena gente. Pero esa no es la cuestión. El problema es el producto que venden y cómo lo presentan. El mindfulness no es más que la simple práctica de la concentración. Aunque deriva del budismo, ha sido despojado de las enseñanzas éticas que lo acompañaban, así como del objetivo liberador de deshacer el apego a un falso sentido de nosotros mismos a la vez que se promulga la compasión por los demás.
Fuente: https://ethic.es/2022/02/mcmindfulness-la-nueva-espiritualidad-capitalista-mindfulness/
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