Lo de vivir el momento hoy en día es una utopía. Aunque parezca una contrariedad, porque técnicamente estamos en el presente y no en otro tiempo, la realidad es que sólo se permite esa afirmación con nuestro cuerpo. La mente, mientras tanto, se permite el lujo de ir y venir sin prestar atención al aquí y ahora. Eso es, precisamente, el mindfulness. Este anglicismo se traduce al español como mentalidad completa o atención plena y consiste en prestar atención a lo que estamos viviendo en cada preciso instante, sin juicios, con aceptación y curiosidad. Es decir, impedir que mientras hacemos algo (cocinar, correr, lavarnos los dientes...) estemos pensando en otras muchas cosas que evitan que disfrutemos de cada experiencia plenamente.
"Vivimos de forma rápida, con una lista de tareas y responsabilidades que nos hacen vivir de forma inconsciente, en piloto automático y con la mente ocupada en pensamientos del pasado o del futuro, lo que deja muy poco espacio para prestar atención al momento presente, a lo que hacemos, a cómo nos sentimos, en qué pensamos...", explican los expertos en mindfulness de Petit Bambou, una aplicación especializada en meditación. Así, con un estilo de vida tan atropellado, es posible llegar a sufrir trastornos mentales que afecten de manera negativa a nuestro bienestar físico y mental.
POR DÓNDE EMPEZAR
Tal y como nos explican quienes más saben, las prácticas de mindfulness son muy sencillas y accesibles para todo el mundo. Distinguen entre dos tipos de prácticas para mejorar la capacidad de vivir el momento presente: prácticas formales y prácticas informales. Y ambas se pueden integrar en cualquier acción cotidiana del día a día.
La meditación es la práctica formal del mindfulness. En cambio, la práctica informal consiste en hacer ciertas actividades de la vida cotidiana de forma consciente, evitando automatismos. "Esto nos ayuda no solo a disfrutar más de lo que estamos haciendo, sino que además conseguimos dejar de divagar sobre el pasado o futuro, relajando la mente".
TRES EJERCICIOS DE MINDFULNESS PARA PRINCIPIANTES
Siguiendo la estela de la práctica informal, podríamos elegir cualquiera de las actividades que solemos hacer de manera inconsciente para empezar a practicar el mindfulness. Estos tres ejercicios que nos indican los expertos en mindfulness de Petit Bambou podrían ser los ideales para iniciarse en la práctica consciente:
Ducha consciente. En lugar de aprovechar ese momento para pensar en la agenda de la jornada, podemos prestar atención al sonido del agua, a la temperatura, a la sensación del agua al caer sobre la piel, el olor del gel, el contacto de los dedos sobre el cuerpo...
Paseo consciente. Presta atención a los movimientos del cuerpo al andar, a cómo se reparte el peso en los pies, los sonidos que te rodean, los olores, la sensación del movimiento de la ropa sobre el cuerpo al andar...
Cocinar consciente, para luego comer de forma consciente. Presta atención al sonido al cortar las verduras, el olor que desprenden, el sonido al cocinarlas en la sartén, la textura de los alimentos en contacto con tus manos...
Y DESPUÉS...
El mindfulness es a la mente como el deporte para el cuerpo, por tanto es importante la práctica continuada en el tiempo para seguir experimentando sus beneficios.Todos los estudios sobre los beneficios de esta práctica están basados en un mínimo de 20 minutos al día. Este tiempo puede ser demasiado para un principiante y puede generar rechazo hacia la iniciación, por eso recomendamos comenzar con meditaciones de 10 minutos y seguir aumentando la duración hasta llegar a 20/25 minutos o el tiempo que se desee. Aunque, es más importante la frecuencia que la duración: mejor un poquito cada día que mucho de vez en cuando.
Fuente: https://www.telva.com/bienestar/2022/03/26/623c67a501a2f1f06e8b45c6.html
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