Así lo confirma un nuevo estudio realizado por la investigadora Jessica Unicke de la Universidad de Brown, que tras contrastar los resultados entre dos grupos de mujeres con sobrepeso u obesidad, un grupo fue asignado para seguir clases de nutrición y cocina para mejorar su dieta, y el otro grupo tuvo clases de yoga dos veces por semana. Ambos grupos siguieron este plan durante 3 meses.
Lo que encontró Unicke fue que, aunque ambos grupos vieron buenos resultados de pérdida de peso, las clases de yoga ayudaron a bajar el peso un 3,5% más. Pero eso no fue todo.
En muchas ocasiones, los altos niveles de estrés, la falta de atención plena o mindfulness y la dificultad para hacer frente a estados emocionales negativos tiene efectos sobre la salud física y el peso, ya que es habitual caer en hábitos poco saludables como recurrir a alimentos con altos niveles de grasas saturadas, azúcar y comer por ansiedad.
Pero el yoga no es únicamente una práctica física, tiene múltiples beneficios a la hora de cuidar nuestra salud mental, y por tanto, puede ayudarnos a comer mejor.
Y es que según este estudio, quienes realizaron yoga también vieron reducidos los niveles de estrés, mejoraron su práctica del mindfulness y aumentaron su tolerancia a los estados físicos o emocionales negativos, reduciendo así también las probabilidades de ingerir alimentos ultraprocesados para sentirse mejor.
¿Se necesitan más razones para darle una oportunidad al yoga? No importa si se hace en clases presenciales o en casa, los beneficios son los mismos, así que no hay excusas.
Fuente: https://www.revistagq.com/cuidados/articulo/mejor-entrenamiento-estar-en-forma-yoga
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