El mundo del yoga está cargado de prejuicios irreales, tantos como beneficios puede aportarnos esta ancestral técnica de meditación de raíz oriental, perfecta para todo tipo de personas -da igual nuestra edad o sexo-, que pondrá en sincronía a cuerpo y mente a través del control de nuestros silencios.
Tan barato y accesible como fácil de practicar, el yoga no nos va a exigir grandes desembolsos económicos, ni tampoco va a alterar nuestras rutinas diarias, pidiendo horas y horas de esfuerzo. Más allá de todo eso, lo único que nos demanda es constancia y sinceridad propia.
Olvídate también de pensar en movimientos religiosos o elucubraciones sectarias porque el yoga es compatible con todo tipo de creencias y, en cierto modo, no deja de ser una forma de ejercicio físico y mental más para el cual no debemos profesar determinadas fes.
Tampoco debe asustarte tu flexibilidad y movilidad porque, como en toda práctica que involucre a nuestro cuerpo, hay niveles de adaptación. Olvídate de entrada de complicadas posiciones como la shirshasana o la bakasana, ya que incluso los yoguinis avezados encuentran dificultades con ella
En el yoga pasa exactamente lo mismo, habiendo calculadas más de 80 posturas distintas (las llamadas asanas) de las teorías seculares del yoga, que también debemos disgregar en distintas corrientes como son el Kundalini , el Ashtanga, el Iyengar, el Vinyasa o corrientes más modernas como el Aeroyoga, el Bikram (yoga a 40 grados) o el yogalates, ese híbrido entre yoga y pilates.
Fuente: https://www.vozpopuli.com/bienestar/yoga-asana-postura-meditacion.html
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