El cerebro humano, es quizás uno de los grandes misterios que la ciencia tiene que resolver. Sin duda, este admirable órgano es un receptor y emisor de información activo cuya estructura posee diferentes niveles de energía, las cuales activan la sinapsis de más de cien mil millones de neuronas durante todo el día.
En consecuencia, es posible desarrollar destrezas para el aprendizaje, la memoria, el habla y la interpretación de la realidad interior y exterior, al igual que realizar múltiples funciones sensoriales. Es sorprendente, que el desarrollo de toda esta fuerza mental sanadora y creativa dependa de nuestras actitudes, hábitos y decisiones.
Somos energía en constante
interacción, cambio y transformación. Incluso, desde la física cuántica
se ha demostrado que estamos formados de vibraciones y ondas que, de
manera codificada permiten organizar nuestras ideas y generar
estrategias inteligentes de sobrevivencia ante entornos naturales,
muchas veces agresivos.
Precisamente, lo que más me asombra del cerebro, es que, así como existe una huella digital propia, ninguna persona puede pensar, racionalizar, elaborar o reaccionar emocionalmente de la misma manera que otra.
Por esta razón, los estados emocionales consiguen afectar el sistema simpático y parasimpático, el cual está conectado al sistema inmunológico y endocrino encargado de liberar tanto endorfinas como hormonas que al ser secretadas en situaciones de angustia, ira, miedo, resentimiento y confusión desequilibran el organismo, abriendo las ventanas a las enfermedades psicosomáticas.
Lo mismo sucede con las facultades superiores del alma que son únicas en cada persona. Esta inteligencia espiritual diseñada para el mejoramiento continuo es capaz de hacernos superar las adversidades de la vida trasformando el pesimismo, el auto sabotaje y los pensamientos negativos en opciones que, desde el entrenamiento de la voluntad, nos ayuden a preservar el tesoro de la paz interior.
En mi caso, escuchando los problemas y enseñando a gestionar las emociones desbordadas de mis asesorados con las técnicas de meditación y reflexión logoterapeúticas, he podido observar el efecto sanador de muchas de las enfermedades crónicas, bloqueos y trastornos nerviosos padecidos por ellos.
Fuente: https://www.kienyke.com/konciencia/cerebro-meditacion-herramientas-para-transformar-vida
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