“Habitualmente, nos alimentamos sin presente y sin amor”, apostilla la nutricionista y coach Cristina Barrous. Recientemente, durante un desayuno-taller organizado por Abadía Retuerta LeDomaine, ella fue la encargada de abrir la mente -y el estómago- a un grupo de periodistas con el simple ejercicio de comer una manzana de una forma diferente.
Sí, con el ejercicio que propuso, una sencilla y cotidiana manzana se convirtió en toda una experiencia cuando la experta nos descubrió las máximas de la alimentación consciente (o mindful eating), una práctica de la que todos podemos beneficiarnos tanto a nivel físico como mental. Según explica Barrous, normalmente “elegimos nuestra comida sin cuestionarnos qué es lo que necesita nuestro cuerpo, lo hacemos como un acto impulsivo o puramente ‘rutinario’, pero hemos de reflexionar sobre lo grandioso que ocurre en nuestro interior.
Hemos creído que comer es algo que ‘simplemente hay que hacer’, sin prestar atención al momento y al disfrute”. Es aquí donde entra en juego el mindfulness o la meditación, que nos puede ayudar a ver y sentir ese gesto como algo más.
Puede que de entrada suene un poco abstracto, pero poner en práctica la alimentación consciente no es tan difícil como crees. “Surge como una evolución del mindfulness -explica Cristina Barrous-, es la forma de comer que pone la atención en el ahora. Centra su foco en el presente y lo canaliza a través del amor hacia los alimentos, pero también hacia nuestro cuerpo, nuestras emociones. Estando en el presente, sin juicios ni interpretaciones, somos capaces de disfrutar con todos nuestros sentidos". Un ejercicio que, según señala la nutricionista, no solo se aplica al momento de dar el bocado, sino que debería realizarse en todo el proceso: la elección de los alimentos, la preparación, el comer en sí y la digestión.
Un error esencial que choca con esta filosofía es el de ver la alimentación como un ‘deber’, “tendemos a introducirlo dentro del multitasking, algo que se ha demostrado científicamente que acelera el envejecimiento celular y neuronal. Cualquier tarea que hagamos mientras comemos, debería ser desterrada, poniendo especial foco a caminar comiendo o comer de pie, comer mientras trabajamos o mientras utilizamos el móvil”, apunta la experta. Del mismo modo, también desaconseja “comer deprisa o ‘cualquier cosa’ por el simple hecho de tener hambre. Hay que regalarle a nuestro cuerpo la alimentación que se merece”.
Fuente: https://www.vogue.es/belleza/articulos/alimentacion-consciente-mindfulness-mindful-eating-mejorar-digestion-saciedad-bienestar-mental
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