"Es posible reducir la ansiedad con mindfulness y sin medicación, y duradero porque hay un cambio de hábitos mentales"
Desde hace años, numerosos estudios científicos han demostrado que el mindfulness tiene múltiples beneficios en nuestra salud, tanto a nivel físico como mental: mejora el estado de ánimo, la gestión emocional, potencia la capacidad de concentración, influye de forma positiva en la gestión del dolor… Uno de los más recientes, publicado en JAMA Psichiatry el pasado mes de noviembre concluye que la atención plena es tan eficaz como el uso de fármacos para pacientes con trastornos de ansiedad y recomienda a los profesionales sanitarios que incluyan el mindfulness como un tratamiento eficaz para estos trastornos. Para conocer mejor las enormes virtudes de esta práctica charlamos con la experta en mindfulness e inteligencia emocional Alba Ferreté.
Las cifras son demoledoras: el 6,7% de la población en España está afectada por la ansiedad, exactamente la misma cifra de personas con depresión. ¿Por qué crees que el número de personas que la sufren no para de crecer?
La ansiedad no es más que una respuesta física y psicológica de nuestro organismo ante una de las emociones más primarias que experimentamos los seres humanos: el miedo. Sobre todo y, especialmente, al futuro, a la incertidumbre. Si a esto le añadimos el vivir en una sociedad basada en la productividad sin fin, que pone más el foco en el hacer y el tener que en el ser (con toda la presión y la exigencia que esto genera); el escaso conocimiento que tenemos sobre nosotros mismos; los traumas y heridas que llevamos a cuestas sin darnos cuenta; y, además, el desconocimiento sobre cómo regular nuestras emociones, el sufrimiento está servido.
Hay que tener en cuenta que es normal, humano y totalmente válido, sentir miedo, tristeza, inestabilidad o lo que sea que nos resulte desagradable. En la vida, el dolor y el placer se entretejen a cada instante. La cuestión no es dejar de sentirlo, sino entender qué nos está indicando esta emoción y aprender a regularla sin poner parches temporales para adormecer las sensaciones que nos genera. De lo contrario, esa emoción quedará latente, generando una insatisfacción duradera. Así pues, creo que si las cifras no dejan de crecer es porque no estamos poniendo el foco en el lugar adecuado. La tendencia general es querer anestesiar el dolor sin pararse unos instantes a comprender qué hay detrás del mismo, algo muy de la cultura de la inmediatez, cuando resulta que es imperativo parar, observarse, aprender a regularse y ser coherente con lo que uno necesita para respetar su propio bienestar.
Fuente: https://www.20minutos.es/salud/ejercicios/es-posible-reducir-la-ansiedad-con-mindfulness-y-sin-medicacion-y-es-duradero-porque-hay-un-cambio-de-habitos-mentales-5109517/
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