La lista del súper. Los materiales para el cole de los chicos. La plata que no alcanza. Las fechas de las vacaciones. Y suponer que fulanito se enojó por lo que dijimos. También el trabajo pendiente. Y la cena de esta noche. La cabeza no para. Y los pensamientos son directamente proporcionales al frenesí del mundo en el que vivimos. “Desde que soy madre, siento que la carga mental que llevo a diario es insostenible. Entre el trabajo, la casa, y los hijos, sentí muchas veces que la cabeza me iba a explotar. Incluso llegué a preocuparme cuando por haber tenido tantos temas en mente durante el día, me olvidaba de cosas importantes como el cumpleaños de una amiga, o resolver algo de un cliente”, cuenta Gimena, abogada y mamá. Según estudios científicos se estima que tenemos más de seis mil pensamientos diarios. Y la mayoría de ellos son negativos, repetitivos, y están anclados al pasado. Porque tal como explica Delfina de Achával, psicóloga, PhD. en Salud Mental y especial...