El
mindfulness es una técnica de relajación que nos enseña a tomar
conciencia plena de nuestras emociones con el fin de eliminar la
frustración o ansiedad que produce el no poder cambiar ciertas
situaciones.
Por Inma D. Alonso
Nuestro actual ritmo de vida, las responsabilidades del día a día y
la que está cayendo con la crisis nos llevan en no pocas ocasiones a
padecer cuadros de estrés. Entre la práctica de técnicas que nos ayudan a relajarnos y a conseguir un mayor equilibrio entre cuerpo y mente (como el yoga, el taichi o el reiki), está cobrando cada vez más protagonismo el mindfulness,
una técnica de relajación y meditación que nos ayuda no sólo a reducir
el estrés, sino que además puede aliviar los síntomas de trastornos
psicológicos como la ansiedad y la depresión,
gracias a que, según los especialistas, contribuye a reducir los
estados emocionales negativos, como el enfado, y a incrementar los
sentimientos positivos como la alegría y la satisfacción
El estilo de vida occidental ha propiciado que las personas centren la actividad mental en los estímulos negativos, y piensen constantemente en problemas que no pueden solucionar, lo que origina y alimenta los estados depresivos, de forma que si el paciente no cambia su actitud resulta difícil que salga de esa situación. En estos casos, los ejercicios de meditación pueden servir como apoyo a los fármacos.
¿Y cómo lo logramos? Pues a través de un proceso de meditación que no sólo nos va a ayudar a relajar nuestra mente, sino que va a tener beneficios directos en nuestro organismo, ya que, al conectar cuerpo y mente, se establece una relación que permite al paciente reconocer también las señales de que algo va mal que le envía su cuerpo, algo que permite entre otras cosas disminuir los signos del envejecimiento y estimular el sistema inmune. Una de las razones de que esto ocurra así es muy sencilla, se debe a que para culminar con éxito dicho proceso de meditación es necesario trabajar aspectos físicos tales como la respiración o nuestra higiene postural.
Los motivos por los que la práctica del mindfulness ha cobrado relevancia dentro de las terapias psicológicas son básicamente dos. Por un lado, su importante influencia a la hora de la construcción de la personalidad y, por otro, que el hecho de analizar las circunstancias que nos rodean y nuestros propios sentimientos sin prejuicios y sin valoraciones previas, ya sean éstas positivas o negativas, es fundamental para superar procesos de ansiedad y depresión; ya que si algo caracteriza a los pacientes que padecen estas enfermedades es que les dan demasiadas vueltas a las situaciones que viven, pero no se deciden a actuar o poner soluciones.
Por tanto, analizar la realidad y aprender a aceptarla sin realizar ningún tipo de valoración hará que, sin duda, mejore su estado anímico. Todas estas razones han llevado a muchos investigadores a considerar el mindfulness no sólo como una terapia o técnica de meditación, sino como una filosofía de vida en sí misma.
¿Qué es el mindfulness?
El mindfulness es un tipo de meditación que procede de la cultura oriental, más concretamente del budismo zen. A pesar de no tener traducción directa al español, podemos entender el significado del término mindfulness como la ‘atención o conciencia plena’. Y es que en eso consiste esta técnica, en centrarnos en el momento presente de tal forma que no valoremos lo que se percibe o se siente, sino que aceptemos nuestras emociones tal cual nos nacen, sin controlarlas o evitarlas, eliminando así la frustración o ansiedad que puede producirnos el hecho de enfrentarnos a una situación que, aunque lo intentemos, no podemos cambiar o modificar.El estilo de vida occidental ha propiciado que las personas centren la actividad mental en los estímulos negativos, y piensen constantemente en problemas que no pueden solucionar, lo que origina y alimenta los estados depresivos, de forma que si el paciente no cambia su actitud resulta difícil que salga de esa situación. En estos casos, los ejercicios de meditación pueden servir como apoyo a los fármacos.
¿Y cómo lo logramos? Pues a través de un proceso de meditación que no sólo nos va a ayudar a relajar nuestra mente, sino que va a tener beneficios directos en nuestro organismo, ya que, al conectar cuerpo y mente, se establece una relación que permite al paciente reconocer también las señales de que algo va mal que le envía su cuerpo, algo que permite entre otras cosas disminuir los signos del envejecimiento y estimular el sistema inmune. Una de las razones de que esto ocurra así es muy sencilla, se debe a que para culminar con éxito dicho proceso de meditación es necesario trabajar aspectos físicos tales como la respiración o nuestra higiene postural.
Los motivos por los que la práctica del mindfulness ha cobrado relevancia dentro de las terapias psicológicas son básicamente dos. Por un lado, su importante influencia a la hora de la construcción de la personalidad y, por otro, que el hecho de analizar las circunstancias que nos rodean y nuestros propios sentimientos sin prejuicios y sin valoraciones previas, ya sean éstas positivas o negativas, es fundamental para superar procesos de ansiedad y depresión; ya que si algo caracteriza a los pacientes que padecen estas enfermedades es que les dan demasiadas vueltas a las situaciones que viven, pero no se deciden a actuar o poner soluciones.
Por tanto, analizar la realidad y aprender a aceptarla sin realizar ningún tipo de valoración hará que, sin duda, mejore su estado anímico. Todas estas razones han llevado a muchos investigadores a considerar el mindfulness no sólo como una terapia o técnica de meditación, sino como una filosofía de vida en sí misma.
Ejemplos de ejercicios de mindfulness
El alto grado concentración que implica el mindfulness,
sobre todo si lo practicamos con fines terapéuticos, requiere que un
experto en la materia nos guíe durante el proceso de la meditación. Sin
embargo, si ya estamos familiarizados con otras técnicas orientales de meditación, puede que no nos resulte complicado practicar mindfulness en casa sin tener que recurrir a un centro especializado.
Para empezar, busca un lugar tranquilo y procura que nada ni nadie te
moleste durante el tiempo que hayas fijado para meditar, continúa
adoptando una postura que te resulte cómoda y una vez que estés en la
posición adecuada realiza varias inspiraciones fuertes y profundas.
Un ejercicio de mindfulness que puedes incorporar a tu vida diaria es el de la observación consciente.
Elige un objeto cotidiano que haya en casa y fija en él toda tu
atención. Tómate el tiempo que necesites hasta que percibas que tu mente
se libera y que sólo piensas en el objeto que tienes delante. Este
mismo ejercicio puedes realizarlo, en lugar de fijando tu vista en un
objeto, poniendo toda tu atención en escuchar un sonido determinado.
Otro ejercicio es el de centrar durante un minuto toda tu atención en la respiración.
Es el ejercicio básico del mindfulness y puedes practicarlo varias
veces al día. En seguida notarás cómo tu mente y tu cuerpo agradecen que
les dediques esos minutos de paz.
Puedes leer el artículo completo en: https://www.webconsultas.com/mente-y-emociones/emociones-y-autoayuda/mindfulness-cataliza-tus-emociones-7269
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