Por Moris Beracha.-
El Mindfulness y la meditación traen consigo beneficios para
aquellos que los practican con regularidad. Los más pequeños también pueden ser
parte de esto. Cultivar hábitos de atención plena, o Mindfulness, en la niñez
contribuye a mejorar la atención, calmarse, vivir con alegría y a conectar con
los demás.
Paloma Sainz
Vara de Rey, autora del libro Mindfulness para niños, establece algunos
ejercicios y consejos para poder incorporar esta práctica a la rutina de los
niños.
Desde el
inicio del día, una sonrisa puede ayudar a mejorar la vida de un niño. Sainz
asegura en su libro que, según el Tao, “cada órgano del cuerpo se despierta a
una velocidad diferente. Por eso hay que hacerlo con suavidad”. El niño deberá
colocar una mano en el corazón y dibujar una sonrisa; cuando su corazón
‘sonría’, deberá despertar al resto de sus órganos de la misma manera.
La escritora
sugiere que cada noche, antes de dormir, el niño escriba las cosas por las que
está agradecido. “Gracias por mi familia tan linda”, “Gracias por mis
compañeros”, “Gracias porque hoy ya no me ha dado vergüenza preguntar en
clase”, son algunos de los ejemplos más adecuados para los niños.
La respiración
también es fundamental. Cuando se encuentre acostado, podría colocarse su
peluche favorito sobre su barriga y así “observar” su respiración. Esto le dará
calma y serenidad.
Estas
meditaciones funcionan como visualizaciones simples, que entrega al que lo
practica tranquilidad a la hora de dormir, además de ayudarlos a sentirse
seguros y tranquilos a la hora de conciliar el sueño.
Te invito a que ingreses a mi página web: www.morisberacha.com
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